martes, 6 de octubre de 2009

Finalista con un cortometraje en casa



No se ha conseguido establecer ninguna conexión especial con el jurado. Y no les voy a reprochar mucho que me dejen ni siquiera con uno de los dos accesit, porque la factura final del corto es pobre a día de hoy. El trabajo necesita un montaje del director con urgencia. El productor (vamos yo mismo) hizo lo que pudo pero tuvo que cerrar la primera versión con lo que había, que era poco, y entregar en la fecha.

El sábado 3 a las 20:30 de la tarde recibimos el jarro de agua fría mientras los que ganaron tenían la sangre calentándoles las orejas. Sentado en mi butaca y compañado por mi mujer, mis amigos y la protagonista, estaba yo ensimismado haciendo fotos sin parar a los ganadores.



¿Haciendo fotos a los que ganan? ¿Para qué? Quizá para no estar ahí realmente o huir de alguna manera. A través de un objetivo de una cámara ves la vida desde afuera y tomas una perspectiva que te ayuda a relativizar la realidad. Colocas una maquina entre tú y el momento vivido, y eso hace que de alguna manera te pierdas ese presente y te coloques un turbo para ir zumbando hacia el futuro, hacia la imagen muerta de ese retrato. Conviertes un momento cualquiera en una imagen de arte nueva bien encuadrada y equilibrada. O no.

Como la adrenalina que se genera en el momento de una entrega de premios puede hacer que un apretón de manos se convierta en una garra de kárate, (vamos que el pulso no está como debería) lo mejor es que alguien haga las fotos del acto con tiento.

Para eso se desplazó hasta el centro de cultura Civican de Pamplona la fotógrafa Sonia Borda, para hacernos unas inmortalizadas mientras esperábamos los resultados de la elección de los ganadores. (por lo visto el jurado estuvo deliberando hasta tres horas antes de la entrega, porque decidir quién se lleva al bolsillo seis mil euros o un pedazo de metal, entre tanto talento, es toda una rotura de craneo, no me cabe ninguna duda)



Aitor Merino como actor, director de cine y conocedor del momento que se vive en una entrega de premios, haciendo gala de buen sentido del humor y como presidente del jurado, alargó de manera dramática la apertura del sobre donde estaba escrito quién había sido el mejor.

Después de dos horas de espera y de habernos tragado los trabajos de los otros 12 finalistas, todo termina de manera abrupta y los que se llevan la figurita de latón con su nombre reciben besos y laureles y se van a cenar y a beber por ahí con sus amigos. Y los que pierden... bueno, lo mismo, pero sin estatuilla. Para ser sinceros, el único laurel que he visto en las últimas 24 horas lo eché a las lentejas con chorizo que cociné el domingo.

De cualquier manera me ha venido muy bien ver cuáles eran las reacciones del respetable ante el cortometraje proyectado en 10 metros cuadrados. Parece que este público sentía mucho más cercano el chiste y la comedia que la ciencia ficción, y es que al final es un género que en España se consume sólo siempre y cuando venga desde Norteamérica. Así que redirijo el destino de la película y la presentaré exclusivamente a festivales de cine fantástico, esperando que a los seguidores del mundo del mañana cibernético les guste un poco más.

(Y por encima de todo tampoco me puedo olvidar que soy finalista de este certámen, y tampoco eso está mal, para un trabajo que a veces parece muy experimental)

4 comentarios:

  1. Ola Santi, ante todo gracias por hacernos partícipes de tu ilusión en cuanto al cine se refiere... animo, es tu primer corto, todo llegará, pienso lo importante es seguir trabajando sin ninguna merma de dicha ilusión, ya que todo ejercicio donde tenga cabida la creatividad exige, en general, un aprendizaje a base de aciertos y errores (la famosa teoria). incluso puede que un aparente tropiezo se convierta en una base o en algo positivo de cara a la maduración y al entendimiento de qué es lo que falla y cómo subsanarlo en el futuro, siendo todo ello fruto de un análisis concienzudo tanto del proceso de elaboración como de la obra concluida. Dependiendo de los casos esa madurez creativa se alcanza en un tiempo corto o largo (en concreto mi proceso evolutivo fue lentísimo)... deseo que tú también puedas recorrer ese camino de ascensión hasta alcanzar metas cada vez más altas. Un abrazo, Pablo

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  2. Tus reflexiones son muy correctas Pablo. Todo error puede ser un acierto en el futuro. Este cortometraje se va a salvar por poco y podría haber sido un buen trabajo, pero si me meto a dirigir otro, no tengo ninguna duda sobre cómo hacerlo mejor. Ahora sé qué teclas tocar y la siguiente pieza sonará mejor indudablemente. Santiago.

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  3. ¡Claro que sí, Santi! De todo se aprende y estoy segura de que cada proyecto que hagas saldrá mejor y mejor y mejor... En la Facultad de Comunicación siempre nos dijeron que escribir es reescribir, así que dirigir es redirigir...
    Cambiando de tema, me han encantado las reflexiones que haces sobre la cámara como huida de la realidad. ¡Interesante!

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  4. A mi también me han sorprendido mis reflexiones porque cuando escribes das forma a sentires y pareceres que no te imaginas que puedan estar ahí. Cuando haces guiones descubres que sabes de tus personajes mucho más de lo que crees. Esto de teclear es una sorpresa constante.

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