
Hoy martes 26 se premia al ganador del I festival de trailers falsos Teaserland en Barcelona.
Acabo de mandar un post a la página web para comentar lo peor de esta primera edición junto a otros participantes, y lo voy colgar aquí también. El problema mayor del certamen ha sido la falta de categorías por género y la falta de premios variados. Hemos pastado en el mismo campo churras con merinas y quién sabe qué más mutantes de la Zona Prohibida.
Divertimentos frescos y de carcajada como Bastorroman, John Rumba o Las Tortugas Ninja Tímidas, se han mezclado y agitado con paraguas Bergmanianos, cienciaficciones como Mental, o terrores como la laguna del monstruo o Ghost Inc.
Y desde luego que ha sido para mi una sorpresa de repente ver desaparecer de los finalistas a Maestro Montero cuando parecía un competidor cantado y ganador. (una idea que está al nivel de Machete de Rodriguez) Aunque es todo un acierto y detalle del jurado haberla dejado ahí hasta casi casi el final.
Y aquí es donde llega la discusión. ¿Debe ganar el cine culto y correcto o el entretenimiento? ¿Queremos hacer cine de taquilla y crear industria, o contentar a críticos de cine entendidos en la jerga Meyerholdiana de Sergei M. Einsenstein cuando miraba de soslayo un plano mientras bostezaba?(conste que soy capaz de ver Close Encounters de Steven o La piel dura de Truffaut de una tirón y sin bostezar)
¿Un cine es mejor que el otro? ¿El de beneficios o el de la Varguardia experimental?
Con mi mentalidad de director y productor (a pequeña escala pero real) me decanto a favor del cine de masas, aquel que genere ingresos, (ya que voy a poner mi dinero en juego, intentaré apostar sobre seguro y bien seguro)
El cine es un negocio, (como vender pizzas Casa Tarradellas o caviar Royal Baïkal) y lo mismo que un empresario espera doblar o triplicar sus ingresos en ventas, una producción debe aspirar a eso también. O vivir de subvenciones y herencias para acabar en un cajón.









